BUENOS AIRES, 28 ago (Xinhua) — Paleontólogos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Argentina descubrieron un nuevo cocodrilo que habitó el sur del país sudamericano hace 70 millones de años y convivió con los últimos dinosaurios, informó hoy jueves el organismo. El hallazgo incluye gran parte del esqueleto con cráneo y mandíbulas, y ocurrió a unos 30 kilómetros al sur de la localidad de El Calafate, en el suroeste de la provincia de Santa Cruz (sur). Los investigadores bautizaron al nuevo animal con el nombre de Kostensuchus atrox, que significa “cocodrilo feroz que refiere al viento del sur”. Los científicos dijeron que los hábitos de la especie eran depredadores y pertenece a una familia extinta de cocodrilos, los peirosaurios, los cuales evolucionaron en América del Sur y África durante el Período Cretácico. “A diferencia de los cocodrilos vivientes, la cabeza del Kostensuchus era proporcionalmente alta, con los ojos orientados hacia fuera y las fosas nasales proyectadas hacia adelante, indicando que no tenía los hábitos acuáticos de sus parientes vivientes (de cráneos achatados con ojos y fosas nasales proyectados hacia arriba)”, detalló el Conicet en un comunicado. El investigador del Conicet en el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”, Diego Pol, señaló que “esta nueva especie se distingue de todas las especies conocidas previamente por características como el gran tamaño de sus dientes y cráneo, la robustez de su mandíbula y el gran tamaño de las cavidades donde se alojaban los músculos responsables de la mordida”. “Estas características son las que nos hacen interpretarlo como un predador tope del ecosistema”, agregó el experto. El Conicet mencionó que las características de las rocas y de otros restos paleontológicos hallados con su esqueleto indican que el Kostensuchus merodeaba ambientes húmedos y con vegetación exuberante. Su cuerpo era robusto y las patas relativamente cortas estaban ubicadas verticalmente bajo el cuerpo, lo que le permitía moverse con mayor agilidad que un caimán o un cocodrilo actuales, cuyas patas se orientan hacia afuera y son más propensos a reptar. El reporte añadió que la cabeza del Kostensuchus medía 50 centímetros de largo, siendo proporcionalmente grande respecto al resto del cuerpo, convirtiéndose en el “bulldog” de los cocodrilos. El hocico estaba armado con más de 50 dientes, algunos de ellos de más de cinco centímetros de altura, mientras que los bordes de los dientes son aserrados, lo que ampliaba la capacidad de corte de la carne de sus víctimas. Las mandíbulas a su vez se accionaban por músculos poderosos que le otorgaban una mordida rápida y extremadamente fuerte, según precisó el organismo estatal de investigación. Estas características anatómicas fueron la clave para interpretar el rol ecológico del Kostensuchus como uno de los principales depredadores de fines del Cretácico en la Patagonia. “Los dinosaurios allí descubiertos incluyen al gran depredador Maip macrothorax y a los herbívoros Nullotitan glaciaris de casi 25 metros de largo e Isasicursor santacrucensis del tamaño de un guanaco”, indicó el Conicet. El hallazgo de este cocodrilo se produjo el 10 de marzo de 2020, cuando Marcelo Isasi, técnico del Conicet y Gabriel Lio, paleoartista, detuvieron su marcha en el lecho de un río seco de enormes piedras, con el fin de esperar al resto del equipo de investigación y comenzar el repliegue al campamento, pero durante la espera encontraron huesos de un cráneo completo fosilizados. En los días subsiguientes, los investigadores se dedicaron a encastrar y pegar los bloques dispersos, recomponiendo así el rompecabezas de huesos. Una vez liberados los huesos de la roca, los investigadores comprobaron, con sorpresa, que se trataba de una nueva especie de cocodrilo de algo más de tres metros de largo y que su cráneo, así como sus mandíbulas estaban preservadas casi por completo. Fin
Paleontólogos argentinos descubren un nuevo cocodrilo que convivió con los últimos dinosaurios
